sábado, 20 de agosto de 2011

Revolución TV


De la Proscripción a compartir la alegría con un “gorila”


Ya desde hace tiempo vengo viendo naufragar, en la distracción del antiperonismo, algunas expresiones de la izquierda Argentina.

Si se permite, iniciamos con la Federación Agraria + DeAngelis, ya más claramente el MST + Biolcatti... y por ahí quedaba medio en la ambigüedad de “no estamos con ninguno” el PO.

Recuerdo una fábula que concluía más o menos: si se esta con “Dios y con el Diablo”, se está solo con “el Diablo”... no decía nada respecto de “no estar con ninguno de los dos”.... pero se empieza a aclarar en ese sentido.

Se puede ver acá (enlace) a uno de los referentes del PO, vale decir ahora: del “frente de izqueirda”, celebrando un programa televisivo con Mirtha (“la chiqui”)... pero es más interesante bucear en el contenido del programa y algunas definiciones “muy de izquierda”, como por ejemplo: cuando Marcelo Ramal le explica que no corresponde llamar a “la mesa de la chiqui como la mesa de la oligarquía...”. No hay desperdicio en este programa.

Pero en sintonía con esta etapa prerevolucionaria, en esta distracción antiperonista, insiste el PO sometido a las miserias televisivas del “periodista poco serio”: Rial... llorando con simpatía por “un milagro”... un milagro!. Spot televisivos presentando una supuesta actitud proscriptiva de la nueva ley... esto es muy interesante: una proscripción que les garantiza espacios publicitarios en los medios... pero, que además, restringe la capacidad publicitaria de sus adversarios en los mismo medios de comunicación... ¿que tipo de proscripción es esta?. Esta construcción de la proscripción parecería otra obra literaria del “gran diario argentino”.

El apocopé de este peregrinar revolucionario de farándula, termina aquí: (ver al pié) Altamira brinda -Dom Péringnon mediante- con el cómplice de la dictadura: “chiche” Gelblung.

No es nada más dar una entrevista en un medio de “chiche” (recordemos que con la otra “chiche”, la Sra. de Duhalde -el malo-, ya pedían a coro el 82% movil), sino esta actitud de compartir un momento de alegría con este personaje oscuro y repudiable (porque eso es un brindis finalmente)... ¿cómo es que hay alegría compartida? ¿qué objetivo común comienza a darse por cumplido entre este mástil de las ideas revolucionarias argentinas y este otro, imputado en complicidad con la dictadura...?

¿o será, que producto de esa esencia antiperonista termina por considerarse como falaz -o despreciable- la imputación a Gelblung... simplemente porque se origina en este gobierno antirevolucionario y peronista?





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